En este proyecto se nos ha pedido abordar el diseño de interior en la cabina de un avión comercial de pasajeros, su destinatario serían los ocupantes y tripulación del mismo.

Para mi propuesta, el destinatario elegido ha sido un proveedor de bienes y servicios funerarios de Estados Unidos. Esta empresa estaría interesada en el diseño interior de un espacio en el cual se pudiesen reunir los familiares y allegados del difunto con el objetivo de compartir el dolor de la pérdida y mostrar respeto y afecto por la persona fallecida.

Para la creación de este diseño me he basado en las cinco fases del duelo: La negación, la ira, la tristeza, la aceptación y el aprendizaje; sintetizándolas en tres espacios: El duelo, la Integración y la Aceptación, que a su vez están diseñados a partir de la psicología del color.

En el espacio del Duelo sería la zona donde se celebraría el funeral. Predominado por el color negro (que representa la muerte, el luto y la soledad) con un pasillo central y las paredes en blanco para generar contraste. Aquí habrían unos asientos dirigidos hacia una mesa alta donde se dejaría la urna del difunto. En la entrada nos encontraríamos con unas cabinas insonorizadas individuales que darían intimidad y soledad a quien lo necesitase.

En el espacio de la Integración, nos encontraríamos con un diseño totalmente monocromático en verde agua (asociado a la tranquilidad y a la esperanza) con dos sofás centrales formando un círculo alrededor de una mesa para incentivar la comunicación verbal, pudiendo compartir vivencias y experiencias de la persona fallecida. La comunicación escrita también estaría presente, ya que se incluirían unos escritorios para poder redactar una carta y simular que se queman en unas chimeneas de vapor de agua que se encontrarían a la entrada del espacio, haciendo de éste un acto más espiritual. También habría un proyector en la pared del avión donde se visualizarían fotos y videos de la persona fallecida y sus allegados.

El último espacio sería el de la Aceptación, donde se generaría un comedor con buffet cuyo color predominante sería el azul (asociado a una variedad de cualidades positivas como la confianza, la racionalidad y la concentración). Este espacio estaría cubierto con una telas semitransparentes que caerían del techo, simulando un espacio onírico casi celestial. Con esto se le daría importancia a la comida y su relación con el duelo: comer nos recuerda que seguimos vivos y que una de nuestras funciones vitales es alimentarnos.

En conclusión, con este innovador concepto de realizar funerales a bordo de un avión no solo se ofrece una experiencia única y memorable para honrar a los seres queridos que han partido, sino que también proporciona un ambiente de tranquilidad y conexión especial con el cielo. Al combinar la dignidad del servicio funerario con la majestuosidad del vuelo, se ofrecería a las familias la oportunidad de despedirse de una manera significativa y emotiva. Además, esta propuesta ofrecería flexibilidad en cuanto a destinos y servicios personalizados, permitiendo que cada ceremonia sea única y adaptada a las preferencias individuales de cada familia. Una transformación del modo en que despedimos a nuestros seres queridos para hacer del vuelo hacia el descanso final un testimonio conmovedor de amor y respeto.