El propósito de este proyecto es abrir un establecimiento que ofrezca una amplia variedad de tapas de origen y tradición española.
El recinto presentará el formato Take-Away en el que los comensales podrán realizar reservas telefónicas y recoger su pedido obteniendo un formato para compartir.
Asimismo, el lugar ofrecerá la posibilidad de comer allí mismo, jugar con la experiencia olfativa y mostrar diferentes áreas de ocio para que el usuario elija a su gusto, según la empresa y el motivo de su visita, bien un aperitivo con amigos, donde destacarás la interacción social o un área más privada en la que hacer una comida ligera en familia.
La carta presentará una amplia variedad de tapas elaboradas con productos gastronómicos y sellos de España.
Con un menaje hecho de madera de olivo, inspirado en el origen de la tapa, el cual posee un gran interés popular, y está repleto de diversas leyendas urbanas y mitos aún indocumentados, entre los cuales situamos a Alfonso XIII con una taberna de Ventorrillo del Chato la cuál le pillaba de camino a Cádiz y paró para tomarse un vino de Jerez. Mientras se encontraba sentado en la terraza comenzó a levantarse viento, y, al momento, al mesero se le ocurrió la idea de tapar el vaso con una loncha de embutido para evitar que le entrara polvo o incluso arena de la playa.
El mobiliario, el ambiente y la influencia darán un estilo rústico, hogareño y hogareño de las casas mediterráneas, cortijos, etc... pertenecientes a nuestros abuelos y antepasados, propiciado una nueva imagen más moderna, acorde con nuestra sociedad actual, el diseño y estilo de vida.
Este ambiente / establecimiento está inspirado en la España antigua, en la que todos se conocían, en la que las puertas de las casas se dejaban abiertas por la noche. En el que todos comían en familia del mismo plato, y todo se entregaba a quienes más lo necesitaban.
Está inspirado en el arte de la gastronomía española cuando todo era casero y no había nada industrial. Donde practicaba la agricultura y la ganadería en su propia casa. En el que cuando ibas a un bar (años 90), los camareros no vestían uniforme y te atendían como si fueras de la familia. Donde te llenaste el estómago por muy poco presupuesto.
Y, un ejemplo personal de hoy puede adaptarse perfectamente a cuando tienes mucha hambre y es hora de comer con tus abuelos ese día, y tan pronto como entras por la puerta, notas el olor a comida y ves cómo tu la familia te espera para comer con el plato sobre la mesa.